Mi lugar de veraneo es Madrid. Cada julio, mi abuelo nos deja quedarnos en su casa. Es una casa grande, tiene tres pisos y un jardín muy grande.
Cada vez que la veo me pongo muy contento porque sé que me lo voy a pasar muy bien. Porque al fin hago cosas muy divertidas como jugar a béisbol, a tiro al blanco, andar en caballo y jugar en la piscina.
Mis primos también suelen venir y cuando llegan todo se convierte en una revolución. Durante el día mortales en la piscina y al atardecer sacada de vacas y algún que otro toro de la finca a gritos y con algún palo en la mano por si acaso.
Y por la noche paseos con linternas hasta la piscina que es un camino entre enormes árboles y bastantes largos. Los sustos que nos damos son enormes.
Álvaro.
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