En la cumbre de una montaña vivía una bruja. Era tan ladrona que se volvía loca. Blindaba todas sus puertas.
Tenía un blog de notas donde escribía todos sus secretos.
Un día entró un niño a su castillo. Entró en su habitación donde se encontró un libro de conjuros.
Leyó las palabras y le dio un conjuro. Era tan blando el conjuro y tan rápido que corría más que la luz.
Pero la bruja lo cogió, no sabía que hacer y se acordó que tenía un bote donde había un hechizo. Se lo tomó y tuvo tanta fuerza que mató a la bruja. Se fue corriendo a su casa y se lo contó a todo el pueblo.
Pero la bruja lo cogió, no sabía que hacer y se acordó que tenía un bote donde había un hechizo. Se lo tomó y tuvo tanta fuerza que mató a la bruja. Se fue corriendo a su casa y se lo contó a todo el pueblo.
Ricardo.
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